Todos los profesionales deben tener la “mística de ayuda jurídico social”, declaró la Directora. Además por ser gratuito el servicio “tenemos mucha afluencia” de público porque los problemas sociales se relacionan directamente con los nacionales, expresó.
En promedio cada jurista lleva entre cinco y diez casos diarios, “el día que no tenemos casos atendemos por lo menos a cinco”, expresó Vinueza. Alrededor 100 casos son atendidos por cada abogado, lo que suma 600 casos mensuales en total. Los procesos son llevados de principio a fin e incluso se busca la manera de ayudar a que obtengan sentencia en el menor tiempo posible.
Los casos que más se atienden son en el área civil, alimentos, paternidad, divorcios y violencia intrafamiliar. Sin embargo, también se da causa a los casos del sector laboral, donde los trabajadores han sido despedidos, por esto “defendemos siempre a los empleados, no al patrono”. También se tramitan y se asesoran casos de inmigrantes y refugiados que sufrieron algún tipo de abuso o que sienten temor por su situación.
Para acceder a la asesoría gratuita lo único que es necesario es asistir dentro del horario establecido, 08:00 a 16:00. Tras recibir el turno y la evaluación de cada caso el abogado encargado solicita los documentos necesarios para iniciar el trámite y está pendiente de la sentencia o los problemas que se pueden presentar en el proceso.
Los únicos casos que no se realizan en este despacho son aquellos que tienen que ver con procesos pagados como la escrituración de un terreno, sin embargo se brinda guía a las personas en los trámites de manera que puedan solucionar satisfactoriamente el problema legal en el que se encuentren.
“La ayuda de los estudiantes es muy buena”
Los pasantes brindan ayuda directa al público del despacho, pues ellos se encargan de indicar a las personas que son analfabetas las direcciones de los juzgados, como deben hacer los trámites, donde deben presentar los documentos, el tiempo que deben esperar para que califiquen la demanda presentada, “es valiosísima la ayuda que nos dan”, señaló Vinueza.
Wilfrido Haro Rivas, estudiante de quinto año, realiza sus pasantías en el despacho pese a que ya cumplió con este requisito anteriormente. Lleva una semana y su labor es revisar el archivo de los procesos para poder conocer el estado de cada uno y de ser necesario “impulsar” aquellos que no han sido sentenciados todavía o contactar con las partes para saber si desean seguir con el trámite. “Para mí es bastante agradable venir aquí a colaborar en los consultorios”, puntualizó.
“Uno aprende mucho” porque no es la “típica” pasantía que se realiza en la fiscalía o en las dependencias administrativas de alguna entidad del Estado, “sino que se va más allá porque se relaciona con las personas, con el ámbito social con en el cual uno se va a desempeñar”, dijo Haro.
POR: MARÍA JOSÉ QUISHPE
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